Comenzaba el 2017, y tenía profundos deseos de hacer un cambio radical en mi salud, cuando encontré un post de “Sana tu tiroides” donde invitaban a un taller sobre la sanación de la tiroides con alimentación. Cabe señalar que yo tuve un cáncer de tiroides a los 21 años, por lo que me fe retirada junto con 16 ganglios de metástasis para salvar mi vida, así que no me quejo. Sin embargo, aun con la sustitución a través de eutirox, yo me sentía cansada, con sueño, y con frío en mayor medida que la gente que me rodea, además de no poder bajar de peso desde hacía años atrás.

Decidí  tomar el taller y lo primero que sentí al sentarme en círculo, en compañía de cuando  menos 20 chicas más que habían padecido algo similar a lo que yo he vivido, sentí una profunda comprensión, entendimiento, alivio, alegría de que alguien sabía lo que me pasaba!!!!  Escuchar los testimonios de otras personas me ayudó además a definir qué era exactamente lo que quería prevenir.

El taller no es suficiente cuando llevas un estilo de vida cargado de estrés que te ayuda a justificar perfectamente por qué NO puedes iniciar en ese momento el cambio…

A mediados del mismo año decidí asistir a una cita personalizada con Judith, donde me sentí  nuevamente escuchada, comprendida y apoyada, ella me proporcionó protocolo de sanación que consistía en hacer muuuuchos sacrificios de inicio, y la verdad, me costó bastante hacerlo… pero reitero mi profundo deseo con el que inicié el año, y esta vez si estaba dispuesta con tal de llevar a mi cuerpo a un estado de equilibrio.

Judith me preguntó cuál era mi objetivo, motivación o meta de haber asistido con ella, y lo primero que pensé fue en los jeans que llevaba años atrás sin pode ponerme, por lo que le dije que mi objetivo era bajar de peso…. Ella se extrañó con mi respuesta y me dijo que seguramente eso sería secundario,  pero que debíamos quitar el foco del peso y mi apariencia… Y como soy psicóloga, coincidí en que debíamos hacerle un truco a mi mente, pero cuando ella me dijo que esperaba que mi motivación fuera la salud y no el peso, me dejó callada…. ¿¿Por qué habiendo pasado por situaciones tan críticas de vida, lo único que me importaba era el peso??? Definitivamente redefiní mi motivación, y ésta fue evitar volver a enfermar.

Sinceramente me porté muy bien, me apegué al protocolo digamos en un 90%, y digo 90 porque quizás adelanté algunas instrucciones de alguna semana más avanzada, pero en realidad nada grave. A la semana de haber comenzado mi cuerpo se sentía mucho más ligero, sin inflamación estomacal, con más energía y poca hambre. Comencé a bajar de peso inmediatamente, y me sorprendí de los resultados: Llegué más abajo del peso que deseaba en tres meses, podía comer muchas cosas que antes me caían mal, y lo más importante, mi flora intestinal comenzó a sanarse, ayudada por los complementos alimenticios que me mandó.

A medio año de haber seguido el protocolo estoy segura de que he aprendido a comer, mucho más saludable perdiéndole el miedo a las grasas y más bien aprendiendo cómo ingerirlas. Hace unas semanas tuve que tomar antibiótico por una infección en la garganta, y lo que antes hubiera barrido con mi flora intestinal inmediatamente, en esta ocasión no me pasó nada, por lo que comprobé que mi intestino estaba mucho más fuerte y sano que hace un año.

Para se sincera, no eliminé del todo el trigo y los lácteos, pero disminuí el consumo en gran parte, lo que me hace sentir con más energía y menos mucosidad en la garganta.

Algo muy importante que aprendí del protocolo, es a ser compasiva conmigo misma, a ser agradecida con el universo y a intentar disminuir el estrés exacerbado que llevaba. Hoy me siento comprometida con mi salud y muy contenta por los logros obtenidos en conjunto, gracias al puntual acompañamiento de Judith.

Berenice Cruzado Camacho, 38 años.