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El movimiento como práctica de Gozo

“No tienes que ser buena.
No tienes que caminar de rodillas
Cien millas a través del desierto, arrepintiéndote
Solo tienes que dejar que el suave animal de tu cuerpo
Ame lo que ama.”
– Del poema Wild Geese de Mary Oliver

escrito por Hillary y Dana, creadoras del método Be Nourished.

Cuando una cultura de dieta piensa y habla acerca del ejercicio, las discusiones rara vez incluyen al gozo y el placer. Qué mal, ¿verdad? En un paradigma incluyente con respecto al peso, el ejercicio es re-encuadrado. Desconectamos las motivaciones para moverse de la talla, la figura y el peso, dejamos ir ideas de qué cuenta, y cambiamos el foco a cómo nos hace sentir una actividad. Como todas las competencias clave, las intenciones son arraigar al movimiento en amor bondadoso y expectativas gentiles, y dejar que sea un camino hacia respetar al cuerpo y conectarse nuevamente con él. Si una actividad no es disfrutable, entonces ¿por qué hacerla? No dejemos fuera al placer.
TODOS los cuerpos se benefician de actividad física habitual, y sin embargo muchas personas anhelan mover sus cuerpos por el solo propósito de manejar su peso, con poco o ningún foco en el hecho de que la condición física importa más que el peso en predecir desenlaces en salud. Después de realizar un meta-análisis de 10 artículos acerca del IMC; mortalidad y condición cardio-respiratoria, los investigadores escribieron: “En comparación con individuos con buena condición y peso normal, los individuos con mala condición tenían el doble de riesgo de mortalidad sin importar el IMC. Los individuos con “sobrepeso” y “obesidad” que tenían buena condición tenían riesgos de mortalidad similares a los individuos de peso normal que tenían buena condición”. (Vaughn, et al, 2014).
Cuando las personas han aprendido a enfocarse en la “condición cosmética” en vez de moverse para obtener beneficios metabólicos (y el placer y conexión que el movimiento puede ofrecer, con frecuencia hay un efecto asociado con las dietas denominado condición yo-yo. Las personas que están ejercitándose para perder peso tienden a estar activas únicamente cuando están buscando perder peso. Los esfuerzos rara vez son sustentables, así que cuando la dieta termina, la actividad física para también. De hecho, el movimiento (o ejercicio) se ha convertido en un ítem de la lista de pendientes en vez de algo asociado con juego. De acuerdo con Brené Brown (2010), un obstáculo para que los adultos sean capaces de descansar y jugar es que el agotamiento se ha convertido en un símbolo de status y la productividad es vista como una forma de incrementar el valor personal. En su libro Los Dones de la Imperfección, Brown se refiere al juego como un elemento esencial en una vida plena que apoya la resiliencia a la vergüenza. Así que, ¿qué tal si el movimiento pudiera asociarse más con el juego, el placer o el esparcimiento, en vez de ser algo obligatorio, un mandato para la salud y/o el control de peso?

 

Antes de hablar acerca del movimiento gozoso con las personas con las que trabajamos, es esencial reconocer y abordar unos cuantos obstáculos potenciales, especialmente la desconexión del cuerpo y los cambios equiparados con mover el cuerpo en un mundo con prejuicios en torno al peso. Las personas con cuerpos de mayor tamaño frecuentemente enfrentan estigma franco, micro-agresiones, discriminación y vergüenza en espacios públicos cuando hacen ejercicio. También pueden tener dificultades para acceder a cierto equipo, así como para encontrar ambientes libres de estigma y emocionalmente seguros para explorar el movimiento. Es mucho más difícil encontrar ropa atlética para cuerpos más grandes. Y cuando la cultura únicamente asocia ciertos tipos de cuerpo con una buena condición, volverse más activa puede confrontar emocionalmente a alguien que siente mucho rechazo por el cuerpo que habita. Es importante notar que el movimiento gozoso tiende a conectarnos con nuestros cuerpos, y esto puede ser difícil y detonador. Recuperar la conexión es algo a ser explorado con conciencia y amabilidad.
Creemos que el movimiento gozoso siempre es una elección (a la mente de dieta le encantaría convertirlo en una obligación) y no es necesario para ser merecedora de amor y pertenencia. El tipo de actividad debe originarse en la cliente, de manera congruente con sus motivaciones personales para moverse. Creemos en apoyar y crear ambientes incluyentes con respecto al peso – en persona y en línea, para incrementar la seguridad emocional y física para personas de todas las tallas.
La buena noticia: las intervenciones de Salud en Todas las Tallas han demostrado que el aumento en la actividad física es sostenido a los dos años cuando el foco está en los beneficios que realzan la vida, en vez de en el número en la báscula (Bacon et al, JADA, 2005).
¿Cómo se ve el movimiento gozoso en la práctica?
  • Identificar motivaciones para moverse que no están relacionadas con la talla, la fitura o el peso
  • Realizar movimiento “por” y “con” el cuerpo, en contraste con “a” o “sobre” él
  • Enfocarse en cómo te hacen sentir las distintas actividades
  • Apreciación de lo que el cuerpo puede hacer – respirar, latir del corazón, sensaciones, etc.
  • Cambiar actividades con base en lo que se siente bien en el momento
  • Tomar días para descansar, libre de culpa
  • Soltar las reglas de “qué sí cuenta”
  • Ver al movimiento como una oportunidad para explorar el placer
¿Cómo puede cambiar tu relación con el movimiento cuando consideras estas ideas?

 

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